Con la comida sí se juega

¿Cuántas veces nos han dicho que “con la comida no se juega”? De acuerdo, la ingesta es la principal finalidad de los alimentos, pero además, algunos son los reyes de fiestas tradicionales con un denominador común, la diversión. Y, precisamente, como un juego comenzó la Tomatina.

El azar quiso que una chiquillada se convirtiera en una fiesta internacional. En 1945, unos chicos en la Plaza del Pueblo de Buñol se metieron dentro del desfile de gigantes y cabezudos, parte de las fiestas de agosto. Un participante de la comitiva se cayó y su furia fue tal que comenzó a golpear todo lo que encontraba a su paso. Los vecinos enfurecieron y los tomates volaron de un puesto de verduras. La batalla estaba servida.

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El entierro del tomate, imagen obtenida de: http://latomatina.info/multimedia/

Al año siguiente, los jóvenes se aprovisionaron de tomates y los lanzaron. La policía quiso terminar con la práctica… sin éxito.  Como protesta, en 1957 se realizó el “entierro del tomate”. El muerto, un gran tomate, fue portado en un ataúd por los conciudadanos a ritmo de marchas fúnebres. Pero no estaba muerto, resurgió como el protagonista indiscutible de la Tomatina, que desde entonces no falta a su fecha: el último miércoles de agosto.

El tomate es también la hortaliza estrella del Cipotegato, en Tarazona. Cada 27 de agosto, en honor a San Atilano y disfrazado como un arlequín encapuchado, el Cipotegato recorre la plaza principal hasta llegar a su escultura mientras la gente le lanza tomates. Es de orígenes  indeterminados, pero ya en el XVIII el Cabildo de la Catedral prohíbe que un  “pellexo de gato”  persiga niños. A principios del siglo XX también consta, a partir de pagos a quienes interpretan a un bufón que marcha por el pueblo.

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El Cipotegato, imagen obtenida de: http://www.tarazona.es/tu-ciudad/descubre-tarazona/el-cipotegato

Tras la Guerra Civil, la festividad da un vuelco y los niños persiguen al Cipotegato, armados de restos de verduras que recogen del mercado situado en la Plaza de España. Los tomates se arrojaron por primera vez en 1974, como protesta dirigida a la Corporación Municipal, aunque el blanco fue el Cipotegato. Actualmente, casi un centenar de candidatos se presenta al sorteo anual para encarnar a tan enigmático personaje… ¡Quién habría predicho que recibir tomatazos sería un honor!

Como vemos, arrojar comida a alguien puede ser más que divertido, pero ¿y si la gente se precipitara por una colina para conseguir un queso? Algún sádico debió de estar detrás de esta fiesta celebrada en Brockworth (Inglaterra), de origen incierto y conocida como el “festival del queso rodante”. Se celebra el último lunes de mayo y el punto de encuentro es la cima de la colina de Cooper. Un maestro de ceremonias lanza un queso Double Gloucester de cuatro kilos y los participantes compiten ladera abajo por atraparlo y cruzar la meta.

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La colina durante la festividad de 2015. Imagen obtenida de: http://www.cheese-rolling.co.uk/photos_and_images.htm

Son frecuentes las lesiones, caídas y accidentes porque se alcanzan velocidades cercanas a los 100 kilómetros por hora. Tanto es así que, además de instalar ambulancias, desde 2013, el queso se ha sustituido por una réplica de espuma así que sólo el ganador puede deleitarse con el original, un sabroso premio que merece todo un sacrificio físico.

Sin salir de las Islas Británicas, si un Martes de Carnaval te topas con corredores sujetando una sartén al tiempo que dan vueltas a sus tortitas, ¡no te asustes! Son carreras habituales durante el Pancake Day. La más famosa es la de Olney, pueblo donde algunas fuentes sitúan el origen. Al parecer, un ama de casa cocinaba panqueques cuando oyó las campanas de la iglesia. Como llegaba tarde a misa, corrió con su sartén hasta llegar a la iglesia.

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Carrera en Olney de 2016. Obtenida de: http://olneypancakerace.org/

Quizá nunca ocurriese, pero no importa. La carrera, que cubre la distancia de unos 400 metros, se celebró por primera vez en 1445, según la tradición, y su meta se situó en la puerta de la iglesia. En 1950, la prensa difundió la festividad y las mujeres del pueblo de Liberal (Kansas, EE.UU.) desafiaron a las de Olney. Hoy la tecnología les permite conectar y conocer en tiempo real a la ganadora del reto. Es difícil participar en esta carrera, sin embargo, al ser tantas las fiestas que giran en torno a la comida, seguro que encuentras una para ti. Si ya lo has hecho, ¡no dudes en contarnos tu experiencia!

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